00. Opción por los pobres
Primero: Si, voy a escribir sobre pobreza. Segundo: Francia. Tercero: ¿Tenés ganas de leer sobre esto?
Hace un tiempo, en lo que llamo “mi búsqueda de despejes” (relajar, distensionar, “bajar un cambio”) llegué al mundo de los newsletters. No sabía lo que me perdía, pero creo que me estaba esperando.
Empecé a leerlos, a suscribirme, y establecí con ellos un vínculo significativo: Se que los jueves llega uno que amo y me cautivó desde el primer momento en que lo leí, se que los domingos tendré noticias desde Holanda y también muchas sugerencias literarias y así sucesivamente.
Puedo comentarles que la lectura de los mismos se convirtió en uno de mis placeres semanales. Por ejemplo, con el que llega los domingos desayuno y dejo el de los jueves para cuando me siento agobiada por el trabajo, dado que sumergirme en él me hace olvidar un poco de todo.
Hace años que escribo todos los días, cada día de mi vida. En libretas, en un diario, en cuadernos. Para el trabajo. Para mis amigas. Muy poco en redes que requieran imágenes. Tuve una época de mucho en LinkedIn. Pero debo confesar que de un tiempo a esta parte sentí ganas de animarme a escribir por acá, ofreciéndole a las personas la prueba de amor de dejar su email si quieren recibir mi intensidad en formato de palabras, lo que me parece bastante diferente a que me “sigan” en una red social y me encuentren scroleando. (En algún momento les contaré algo respecto a eso también). Creo que acá van a elegir estar, y me siento mejor con eso.
La cuestión es que acá estoy, escribiendo este primer post, no poniendo a NADIE en la lista de suscriptores de manera de enterarme si, como dice la introducción, a algún ser sobre la tierra le interesará leer sobre el tema elegido.
Les soy totalmente sincera: Ni por un instante se me pasó por la mente hacer “sexy” la propuesta o poner algo catchy en el asunto de manera que se elijan quedarse. En un modo que mis amigas llaman “haciendo amigos con Malena Famá” preferí el sincericidio y la honestidad brutal. Decidí no ir contra uno de mis principios que es sacarle el humo, los post it, la purpurina y la romantización al trabajo social, al activismo, a la “solidaridad” o a esa palabra que se refiera a “hacer algo por alguien más” en el sistema de significaciones que haya en tu mente.
Entonces?
Como puse al comienzo, soy Male, y hace muchos más años de los que creía, la pasión y decisión por ponerle cabeza a temas vinculados a la pobreza, sus causas, consecuencias y formas de superarla, pasaron de ser algo que hacía los sábados a ser un compromiso constante, para luego plasmarse en decisiones de trabajo que con el tiempo se convirtieron en una opción de vida. Como vos tendrás la tuya.
Y acá hago el primer parate.
Cuando en la intro pregunté si tendrás ganas de leer de esto es porque REALMENTE me lo pregunto. No se si a alguien irá a interesarle, si soportarán mi tono ácido en un momento donde -luego de Waltdisneyzarme por años- no resigno ni media forma en cómo siento comunicar, o si podré lograr transmitir lo que deseo para que te quedes leyendo sin sentir que escribo desde una superioridad moral, un estado de angelización o la soberbia de creer que el bien se hace de determinada manera.
Yo lo único que admito es que no sé poco de muchas cosas sino mucho de muy poquitas, y el abordaje de la pobreza es uno de ellos. Y tengo ganas de compartir mi perspectiva. Y punto.
Terminado el parate, sigo.
Siempre digo que, por lo general, aunque habitemos “muchos mundos”, nos solemos mover en círculos que están bastante vinculados a nuestros valores y creencias y tengo para demostrar eso la “teoría de los cumpleaños”: Llegados a determinada edad, va a ser medio raro que alguien no conozca la música que habrá en tu fiesta de cumple. O que opine DIAMETRALMENTE OPUESTO a vos en temas muy sensibles. He confirmado eso cuando, en un cumpleaños con gente que no es “del palo” (del mío) sale el tema de mi trabajo y despiertan interés cosas que yo tengo totalmente naturalizadas. Que es exactamente lo mismo que me pasa a mi cuando, en el cumple de alguien que labura en el ámbito corporativo -en el que nunca trabajé- personas conozcan nombres, cargos, áreas o procedimientos que yo no oí en mi vida.
Ahí es cuando siento que este pequeño punto de vista construido puede ser algo que despierte interés o curiosidad. Y encima, en un momento que me permito denominar “Activismos, solidaridad y confusión” animarme a dar mi opinión aún a riesgo de que me salga para el carajo me resuena bastante con mi momento y mi vida toda.
Así que acá andaré, con suerte una vez por semana, compartiéndote cosas que me suceden por haber decidido, alguna vez, “optar por los pobres”.
¿Pero cómo es esto, Malena?
Bueno, empiezo explicándolo.
La opción preferencial por los pobres, es un principio religioso al que le hice una adaptación. Esa opción, parte de la “teología de la liberación”, surgió en Puebla en 1979. Lo que me parece fundamental del documento de Puebla que la consagra, es que menciona a la pobreza como una injusticia y no una condición. O sea: No sos pobre porque querés. Porque sos vago. Porque no te esforzás lo suficiente. Porque no garráslapala. La pobreza parte de que el mundo y el sistema en el que vivimos no es justo. Y como consecuencia de ello, luego hay miles de cosas que pasan o dejan de pasar.
A la vez, el documento de Puebla y esta corriente de pensamiento, define que la superación de la pobreza debe surgir de las decisiones y acciones de quienes la padecen y no de un grupo de iluminadxs que nos creamos que hacemos cosas “por” los pobres. Yo adhiero mucho a esa teoría. Las personas en condición de pobreza deben ser protagonistas de los cambios que desean agenciar en su vida, y a partir de ahí pedir, reclamar, aceptar, cuestionar y exigir los apoyos necesarios para superar esa situación. Lo que no siempre se puede, pero esa es otra historia.
Seguramente hayas oído o leído sobre los “curas en opción por los pobres”. Bueno, lejos de ser cura y sin siquiera ser religiosa, hubo algo de esa movida que me pareció bien:
El definir que habemos personas que hemos decidido dedicar nuestra vida a trabajar para ese grupo poblacional. Por ejemplo a mi, me ofrezcas el trabajo que me ofrezcas, si no tiene una dimensión en que aporte a la población más vulnerada del sistema del que forma parte, no lo aceptaría.
El hacer explícito que, cuando partimos de la pobreza como injusticia, no hay tal romanticismo. Si a la cotidiana le sacás la música de fondo de Diego Torres y las “transiciones” de power point, dista de ser tan idealizada y sencilla como se la muestra. Creo que hay que hablar de esto. Y de que las soluciones bien hechas requieren cambios estructurales.
El compartir que, llegado un momento de la vida, esta decisión supera ampliamente un trabajo. Y por eso se convierte en una “opción”. No es el caso de todos, pero al menos yo puedo decir que mi opción me llevó a vivir en una casa comunitaria durante siete años de mi vida porque la Fundación lo necesitaba, compartir mi vivienda con la población con la que trabajo (población en situación de calle) cuando Multipolar no conseguía sede, aceptar que lamentablemente, durante mucho tiempo -y queda algún tiempo más- mi sueldo monotributista no será equivalente a lo que podría ganar aportando mis saberes a otra industria o que mi tiempo tiene una dimensión comunitaria. O sea: Hay tiempo que es mío, y tiempo que se lleva mi opción. Aún en mis días de descanso, mis horarios nocturnos o los días en los que quisiera decir “yo pa ti no estoy”. Viene con el combo.
Mi mano con uñas que jamás llego a pintar y el anillo de Tucúm. Y Morlachetti. Siempre Morlachetti.
Para cerrar este primer envío, quiero expresar que aún con todo lo dicho, o mejor dicho, por todo lo dicho, no me arrepiento ni un minuto de lo que elegí para mi vida. Lo confirmo cada mañana, cuando me pongo mi anillo de Tucúm, símbolo de la opción por los pobres, o cada noche, cuando sea como sea que haya resultado el día, mirando mis ojeras de mapache en el espejo del baño me repito: Hiciste todo lo que pudiste.
Les juro que me dan muchas ganas de que se queden por aquí, así que si quieren seguir recibiendo estos correos, los invito a que se suscriban. Tengo tantas cosas que contarles!
Por lo pronto, los saludo hasta la próxima. Si llegaron hasta acá, gracias.
Abrazo gigante, y el deseo de que ser cobardes no valga la pena!
Male
H2
E.O.P.P.L.P
Hermosa, con tus ojeras de mapache, siempre bella